Y en este caso, entiéndase por simple la práctica diaria de gestos de cordialidad: ¿Por qué no iniciar tu día con una sonrisa? saludando a tus compañeros de una forma efusiva y usando de forma repetida en nuestra jornada dos de las palabras mundiales más poderosas y emotivas: ¡Gracias y Por Favor!

No asumas al otro como el blanco de tus prejuicios, estereotipos y críticas; haz una pausa, no intentes hablar o responder rápidamente y a la vez imprudentemente. Simplemente date la oportunidad de escuchar con apertura todo lo que los demás te quieren contar y aportar desde su particularidad y la sabiduría de experiencias de vida.

Nutre tu cerebro solo con información positiva y aléjate de rumores, chismes, juicios o comentarios malintencionados que perturben tu tranquilidad. Cuando tengas alguna o se presente confusión sobre algún mensaje de la compañía, prefiere siempre acudir a la fuente indicada. ¡Podrías salir de la confusión preguntándole a tu líder inmediato!

No tendrás de qué preocuparte cuando tu forma de relacionarte con los demás es coherente con valores y principios corporativos como el respeto, la tolerancia, la transparencia y el sentido de colaboración.

Que tu agenda y el respeto por tu tiempo y el de los demás sean tus mayores aliados. Asiste a reuniones y espacios donde interactúas con otros de forma puntual. No olvides comunicar previamente a tus invitados o a tus anfitriones cualquier novedad en tus horarios que te impidan cumplir con tu agenda.

Por el bienestar de tu familia, tus compañeros y el propio; la invitación es a que conviertas en hábitos ineludibles y sin excusas, las políticas corporativas que promueven la seguridad y salud integral, así como los protocolos de bioseguridad para la prevención de contagio de COVID-19; tanto adentro como afuera de la compañía.

Organiza tu jornada de trabajo de tal forma que puedas destinar tiempo para el descanso, la diversión y compartir con los que más quieres.

Ante situaciones que te generan incomodidad siempre manifiesta tu postura de forma asertiva, en el lugar indicado y con la persona adecuada. Nunca será en vano pedir ayuda de terceros cuando no visualizas soluciones viables.

Pero también ayuda a que las de los demás estén siempre en el lugar donde deben estar. Una alternativa ganadora siempre será la organización y limpieza de los lugares de trabajo propios y compartidos.

Comunícate de forma respetuosa y siempre intenta ser amable con tu equipo de trabajo y las demás personas con las que te relacionas durante tu trabajo.

Reconoce genuinamente los triunfos, logros y aciertos de las personas que trabajan directa o indirectamente contigo. Recuerda que todos SOMOS parte de un gran equipo.

Los errores son una oportunidad para reflexionar, cambiar y aprender. Acepta con humildad tus equivocaciones y ayuda a los demás a visualizar sus posibilidades de crecimiento.

Garantiza que toda la información que reportes, construyas y compartas sea siempre oportuna y fiel a la realidad.

Todos los días repite, repasa y practica con disciplina los consejos desde el punto 1 al 14.